Sensaciones encontradas, o desencontradas. La gloria o el fracaso absoluto. El dolor, la pasión y luego después, la indiferencia...
Las elecciones diarias, la rutina... la maldita inercia. El cuerpo que aún a mi lado es lejano, y el deseo de un cuerpo que me es ajeno. El miedo, el pánico; la intolerancia, el desamor. El sabor del alma, el aroma de la superficie. El jóven impaciente, y el tiempo impasible. Las relaciones intermitentes. El dilema existencial, y el paradigma inconcluso. Elegir. En cuestiones de elegir y saber como elegir radica el problema. Se me desdibujan los esquemas en cuanto tengo que elegir.
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Tanto puto silencio rompe tu calma clo.
ResponderEliminarEntiendo perfectamente todo lo que has plasmado con esas palabras.
Me gustaría poder estar ahí y ayudarte (aunque no se ni ayudarme a mi misma).
Por lo menos darte ánimos desde aquí o seguir incitándote a que luches.
Te quiero preciosa flor de loto!
Me encanta, mencionas esquemas rotos por elecciones que tienes que decidir sí o sí, nombras las relaciones intermitentes, las peores. Me encanta tu forma de escribir.
ResponderEliminarEs muy melancólico, es como una burbuja de algo frágil.
Y... la indiferencia es el peor sentimiento, lo digo por experiencia.