Lo estuve reflexionando y entonces me di
cuenta, de que la esencia en si, se había ido...y aprendí a estar lejos, a
estar sola. Aprendí lo que es echar de menos de verdad. El significado de la
palabra distancia y como duelen cada una de sus letras. Aprendí
forzosamente lo que es estar triste, y vivir inmersa en esa tristeza. Lo que es
llamar para escuchar una voz. Cogerse autobuses sólo para ver unos ojos. Al
principio con ilusión, pero poco a poco perdiéndola. Aprendí también lo que es
el miedo a perder a alguien, y lo que es el miedo después de haberlo perdido.
Se supone que llorar ya sabía, pero también tuve que aprender a esconderme si
quería hacerlo, y a sonreir cuando no me apetecía.
También sé que tengo que aprender a
hacerme fuerte. Aprender a tragarme las ganas, las lágrimas, las palabras...y
asumir que no las cosas siempre salen como una quiere, que si todo fuese así,
la vida sería demasiado fácil. Aunque, para qué voy a negarlo, me encantaría
que las cosas se me presentasen de una manera más sencilla, más llevadera. Me
encantaría despertar mañana y que, los fantasmas que me angustian desaparezcan
completamente y me dejen en paz, empezando por mi debilidad y continuando por
mi puta indecisión.
Pero considero que para eso, voy a tener
que luchar hasta conseguir que las cosas ya no me duelan, llegará un momento en
el que nada me duela.Creo que me lo merezco.